Al cabo de cinco largos veranos de incesante labor, del alba al crepúsculo estaba más o menos terminado San Michele; pero aún había mucho que hacer en el jardín. Era necesario extender una nueva terraza detrás de la casa, y construirse otra galería sobre las dos pequeñas habitaciones romanas descubiertas en el pasado otoño.
Al ver el patio del claustro dije al maestro Nicolás que era preferible derribarlo, pues ya no me gustaba. Me rogó que lo dejáramos como estaba, porque ya lo habíamos demolido dos veces. De continuar derribando todo lo que construíamos, jamás quedaría concluido San Michele. Le respondí que el modo más seguro de construir era demolerlo todo, las veces que fuera necesario, y comenzar nuevamente hasta que la vista diera su conformidad. Los ojos entienden de arquitectura bastante más que los libros , ya que, si uno se fía de los propios y no de los ajenos, son infalibles. Cuando volví a verlo, San Michele me pareció más hermoso que nunca.
Aunque la casa era pequeña, y no abundaban las habitaciones, había en cambio, galerías, terrazas y emparrados todo alrededor, para de allí contemplar el sol, el mar y las nubes, pues el alma necesita más espacio que el cuerpo.
Axel Munthe, La historia de San Michele, 1929
Otro fragmento del mismo libro aquí
para descargar el libro completo ir aquí
sembrar en el desierto 
Axel Munthe (1857-1949) Nació en Suecia, fue médico y psiquiatra, aunque la fama internacional le llegó con este libro autobiográfico «La historia de San Michele».que le ayudó a salir de la depresión causada por la pérdida total de la visión a los 52 años Luego en 1934 la recuperaría tras una operación. Munthe fue un filántropo, y en muchas ocasiones trato médicamente a gentes sin recursos.
El libro es bellísimo y el fragmento escogido se enriquece con las imágenes que lo ilustran.
Una vez más el blog se supera,,,,adelante!
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